INTRODUCCIÓN AL BLOG
Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
29Le dicen sus discípulos: «Ahora sí que hablas claro y no usas
comparaciones. 30Ahora vemos que lo sabes todo y no necesitas que te
pregunten; por ello creemos que has salido de Dios». 31Les contestó Jesús: «¿Ahora creéis? 32Pues mirad: está para llegar la hora, mejor, ya ha llegado,
en que os disperséis cada cual por su lado y a mí me dejéis solo. Pero no estoy
solo, porque está conmigo el Padre. 33Os he hablado de esto, para que encontréis la paz en mí. En
el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido al mundo».
Celebramos el VII Lunes de Pascua. Hoy la Iglesia celebra la memoria de San Pascual Bailón. Nació en Torre Hermosa, Aragón.
Pascual nació en la Pascua de Pentecostés de 1540 y murió en la fiesta de Pentecostés de 1592, el 17 de mayo de 1592. Es el patrono de los Congresos Eucarísticos y de la Adoración Nocturna.
En el Evangelio de este VII Lunes de Pascua, Jesús invita a los discípulos a la confianza y a la paz. Es el final del último discurso de Jesús después de la cena. (Jn 16,29-33). Después de tantas incomprensiones, después de un largo camino sembrado de dificultades, de dudas, parece, por fin, que los apóstoles, ¡han llegado a la fe! Por lo menos, esta es una nueva afirmación de su fe... porque el camino doloroso de sus dudas, de sus cobardías y de sus abandonos, no ha terminado todavía. "Ahora sí que hablas claro y no usas comparaciones. Ahora vemos que lo sabes todo y no necesitas que te pregunten; por ello creemos que saliste de Dios". Esto es justamente lo que los discípulos han experimentado en su trato con Jesús; sabe las cosas de Dios y sabe cuanto se refiere a la felicidad y a la desgracia del hombre.
Les llama a la paz, sabiendo que la única manera de encontrar la paz es seguir confiando en Él y en su Palabra. Porque él no está solo. El Padre está con él y, por tanto, tiene que ser en realidad el vencedor. El Padre no puede ser vencido.
Supliquemos la ayuda necesaria del cielo para ir y anunciar el Evangelio: “Señor, recibe nuestros miedos y transfórmalos en confianza.... Amén”.
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